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¡Al abordaje!!
Te voy a decir lo que quiero y lo que no, pero me voy a guardar algo en la recamara. Un mago no enseña el truco a no ser que seas complice para engañar al resto. Te voy a mostrar mi barco, pero el pirata no te mostrará el lugar de la isla donde se encuentra su tesoro ni compartirá su ron contigo hasta que pueda confiar totalmente en ti.
Si vas a pisar el barco tienes que estar dispuesta a defenderlo con tu vida, pasar en el mar toda la vida y soportar las inclemencias del clima y los oleajes.
¡Al abordaje!!
No quiero ser algo temporal, un segundo plato, un juguete o un trofeo. Si tengo que ser algo, solo me conformo con ser el osito que llevas siempre contigo del que no te avergüenzas, el plato único o el primer premio. Yo ya no juego en regional, tengo que ser la estrella indiscutible de tu equipo, que sea la misma estrella aunque sea de mar y tenga que escarbar en el fondo del océano o en el infinito de los cielos, pero siempre me tienes que ver como la estrella; en el lugar que me encuentre y yo te tengo que ver igual. Me es indiferente quién lleve el brazalete de capitán, confía en mí y jugaremos la champions.
Quiero la misma oportunidad que el joven que debuta por primera vez en un partido importante porque nunca he estado tan convencido de lo que sucederá.
Tu me pasas y meto gol, o te doy el pase para que tú lo marques y hacerte brillar. Asimilaras los conceptos y valores de lo que es jugar en equipo, aunque se gane, se pierda una clara ocasión o haya que lidiar con la derrota. Cuanto más practiquemos, más compenetrados estaremos, solo con un gesto, un silbido o una mirada nos entenderemos. Tu compañero siempre estara contigo para apoyarte. Hasta que nos retiremos tendrás con quién jugar, a quien recordar, aunque tengas que recuperarte de una lesión, nunca dejaré de ser tu compañero. Quiero los 90 minutos más el tiempo añadido, tu también estaras todo el encuentro. Me da igual si tengo que discutir con el cuerpo técnico, los arbitros, hacer una entrada fuerte o que me saquen la tarjeta amarilla por defenderte a muerte. Quiero el mismo respeto que al veterano del equipo, al que sabe a qué está jugando, si sabe que hay algo que haces mal te lo dirá solo para que mejores y también te respetará y te escuchara de la misma forma y lo verás mejorar.
No me conformo con una parte del pastel que veo como un niño desde un escaparate. Sólo quiero esa tarta, solo para mí. Para mí ya no existen más dulces en toda la pastelería. Lo quiero por completo, solo para mí, te aseguro que no pararé hasta comermelo entero, lamer el plato y chuparme los dedos. No voy a dejar ni una miga y es lo único que no voy a compartir con nadie, aunque me vuelva diabetico.
No quiero ser un paseo, una tarde en la playa o una escapadita, soy el viaje completo. Tenemos que compartir todo el camino, sin separarnos, aunque haya dudas de por dónde continuar, no tengamos la misma opinión de por dónde continuar o cambie el destino. No quiero ser el alba, la puesta de sol o la noche estrellada, soy el día entero.
Si no estás preparada para esperar el tiempo necesario, meter la mano en el fuego, tener el agua al cuello, embarrarte, pasar sed por el desierto o mojarte en la tormenta en mitad de la selva; tampoco estás para el oasis. Si no estás preparada para todo lo anterior, no tienes espíritu aventurero y no estás dispuesta a emociones fuertes de cualquier tipo ni te acerques. Si no quieres ver qué hay al borde del precipicio aunque te de vértigo, ni te asomes. Tu decides si quieres viajar conmigo, pero tienes que estar dispuesta a sumergirte en lo más profundo del océano o subir a la cima del Everest. Es tan complejo como simple, tan intrínseco cómo externo. Si no estás dispuesta a bordar el barco no quedará de puta madre. No quiero ser el pasado o el futuro, solo quiero ser siempre el presente, porque yo no te ofrezco menos que el ahora infinito.
Si quieres encontrar respuestas, imagina que es sólo una pista para el mapa del tesoro.
Los que escarbamos el fondo preferimos cereales.
(Jerry Mcguire)